A los pies del Volcán Orosi

Estación Biológica Pitilla, Guanacaste. Bosque Húmedo del Caribe.

Trascender barreras hacia lo irreal es sencillo. Al imaginar como todo se complementa, lo visible y lo invisible se relacionan más allá del plano físico. Todo se funde en la ilusión personal de lo abstracto para crear formas que logren explicar los sentimientos y emociones. Y ahí estoy yo. Viendo el atardecer en las faldas del Volcán Orosi, al lado de unas pequeñas asteráceas moradas, que, viéndolas desde una esquina del encuadre, dan la dimensión de la inmensidad del paisaje.

Dando forma a mis emociones, el atardecer se mezcla majestuosamente con los cantos, a veces apagados, a veces con intensidad de los tucanes de pico castaño. Muy a lo lejos, como un pequeño juego de contrastes, un gavilán blanco, pinta un minúsculo punto brillante contra la matriz verde que se comienza a perder en la oscuridad de la noche.

El viento es demasiado fuerte como para poder asimilar su ritmo, pero con solo poner pausa unos segundos al tiempo, puedo sentir como se van uniendo los diferentes elementos mediante las mismas partículas. El viento es la matriz unificadora. No estamos tan distantes, los tucanes, el gavilán, el atardecer y yo. Estamos en el mismo momento, aunque pequeño, irrepetible y único en el movimiento magistral de la Tierra. Ahí es cuento me doy cuenta de mi fortuna, al coincidir en tiempo y espacio con la magia de la naturaleza.

Por su parte, el sol no ha pausado su rumbo. Se va escondiendo perezosamente detrás del majestuoso volcán. En su despedida va dejando infinidad de nuevas formas. El bosque va cambiando. Extensísimas filas de montañas posicionadas unas sobre otras forman capas de invaluable complejidad, y la escasa luz que viene de detrás, ayuda a dar este aspecto. Algunas siluetas de árboles intentan sobresalir para desvanecer ese patrón lineal de montaña que asciende y desciende.

El día al fin se ha fundido, solo para dar paso a un nuevo universo de posibilidades, personajes e historias que marcan el ritmo de una manera diferente: sí, la noche.