Danzas en el jardín
- Kathy Bonilla
- 23 jun 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 24 jul 2024
Pies de monte, Costa Rica
Mañanas "ordinarias" que ocurren en la tranquilidad del bosque.

Abril, 2023. Estaba yo sentada en la banca de madera, en el jardín de abejas, divagando. El viento de los días pasados había calmado su paso. Ahora olía a hojas quemadas por el sol, pero a pasto húmedo también, dependiendo de donde enfocaras la atención.
Cada ave que cantaba activaba una fibra diferente en mi corazón. Cada canto que oía contaba una historia diferente. Curiosa me levanté y me acerqué. Las ramas que se iban quebrando a mis pies formaban un eco que se iba sumando a la orquesta sonora del momento. De pronto, todo se agudizó; en esos instantes parecía que solo ellos y yo existíamos. Cerré los ojos con el sol sobre mi frente y reconocí otro olor… Era la esencia de mi felicidad brotando.
Abrí los ojos y las vi sobre mi cabeza. Las aves, algunas pequeñas, bañadas de verde esmeralda y oro, otras celestes con cola larga en forma de lanza, otras tenían el vientre naranja como caléndula. Pero ¿por qué iban y venían? Algo celebraban, no había duda.
Unos árboles no muy altos, pero de hojas muy anchas se levantaban frente a mí. De allí provenía el festín, ahora lo notaba. Frutos morados, rosados y rojos brotaban, saltaban, caían, explotaban. Las aves trazaban círculos imaginarios con sus movimientos: iban, venían, rama- fruto, rama- fruto.
Al momento de encontrarme hechizada por sus danzas, agarré lápiz y papel e intenté dibujar lo que veía. Pero siempre me quedo corta a tan exuberante belleza.


To contemplate the harmony that prevails in this gartering of frugivorous birds increases the pleasure of watching them.
Alexander F. Skutch
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